domingo, 24 de agosto de 2008

Censura en Primaria

El suceso de Su media naranja es una de las anécdotas de mi vida con las que más me río. Como siempre, en este mi colegio obsesionado con el teatro, teníamos que hacer unas piezas breves improvisadas más o menos de hoy para mañana en clase. La mayoría optamos por un chiste largo y sin gracia con el que salir del paso. Pero las chicas, que todo se lo toman en serio, tenían preparado un espectáculo que acabó siendo muy conflictivo. Cuando llegó su turno, pidieron permiso para salir un momento al wc y caracterizarse. Más tarde volvieron maquilladas y vestidas con ropa provocativa. Eligieron a varios de mis compañeros para auxiliarles en la representación. Y así comenzaron a representar una parodia del famoso programa de entonces Su media naranja, que emitido en Telecinco por las tardes y presentado por Jesús Puente sometía a las parejas concursantes a una serie de preguntas sobre la intimidad de su vida sentimental para evaluar su grado de confianza y sinceridad mutua. A los 10 minutos de risa generalizada en la clase ante lo procaz del guión de nuestras compañeras, mi profesora la arpía montó en cólera y puso fin a la representación. Comenzó su retahíla habitual de insultos y amenazas: las niñas estas que se habrán creído, traer aquí lo peor de la telebasura, vaya padres que os dejan ver esto, habrase visto ... Y ahí estábamos nosotros aguantando el chaparrón habitual con nuestros 11 años.
Otro de los absurdos casos de censura y represión en aquellas fechas fue la frase a ver si la regla bien, contenida en una canción más o menos moderna y popular, cuyo título no recuerdo, que nos puso un profesor de música divertido y alocado, sustituto de la sustituta en la clase de música, que a todos nos caía bien. Nos ponía bakalao, canciones de Kiko Veneno... en fin, toda una revolución para aquellos tiempos. Al principio no entendimos el sentido de la frase, pues no sabíamos que había que arreglar. Luego nos explicó que si la regla no venía es que la chica puede estar embarazada. El que decía la frase en la canción era un novio preocupado. En fin, algo que ni siquiera sale de lo que es la reproducción y que no debería alarmar, pues mis compañeras tenían su primera regla ya cercana. El caso es que cierto grupo de madres pacatas y aburridas se alió con la arpía en contra de nuestro querido profesor por su supuesta obscenidad. Al final, como era de esperar, la cosa no fue a más.
Estos son sólo 2 de los estrambóticos sucesos habituales en mi colegio público... con ideario. Otro fue cuando una compañera dijo a la de ingles que su serie favorita era Canguros. La respuesta de la profesora fue similar a la de la arpía citada anteriormente. Y es que allí la sinceridad era casi imposible y la creación artística libre un puro mito. Porque sin un mínimo de sexo y violencia ya me dirán ustedes, que seguramente conozcan algo de las pulsiones freudianas, que nos queda en la vida. Eso sí, para dar la tabarra sobre el reciclaje y lo malo que era el consumismo siempre había tiempo. Encima siempre insistían en la puñetera creatividad y en que hiciéramos absurdos slogan para el turismo en la comunidad. Yo llegué a presentar el lema Castilla y León mola mogollón, que podrían haber firmado Leonardo Dantés o Leticia Sabater, y del que aún siento vergüenza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joder con la arpía. En mi colegio esas cosas no pasaban. Un día no llevó el profe de teatro disfrazados de payasos a Gran Vía y la gente se lo pasó bien, salvo algún viejo que se ecandalizaba. Me gusta tu blog