Inicio aquí los artículos dedicados a mi relación personal con las leyendas urbanas. Hoy hablaré de unos de los temas que más risa me provoca.
Según el testimonio de 2 enfermeras, una que es vecina mía y otra que es familia de mi tía, a las urgencias del Clínico y de la Residencia, en Valladolid, hubo un paciente que llegó con un membrillo encajado en el ano y otra vez uno con un bote de Nescafé. Porque son personas de confianza, que si no pensaría que me están tomando el pelo, debido al tamaño descomunal para las dimensiones del orificio.
También ha habido casos como el de una pareja que llegó encajada en un coito vaginal, algo que los consultorios de sexología siempre te dicen que es leyenda urbana. O el de aquel paciente descontento con la cirugía practicada en su pene que llegó a la ventanilla de urgencias para quejarse y puso el ciruelo en el mostrador. Esto si es algo más habitual, pues también tengo testimonios de primera mano de que algunos plantan sus muestras en un bote sin papel de aluminio ni nada para preguntar donde lo deben llevar. Como decía un tío mío, se presentó uno con un gargajo como la bandera de Francia.
Otra de mis dudas era que se hacía con ellos, porque claro, nos les vas a decir siéntese y espere, con eso ahí encajado, porque sería empeorar la tragedia. Afirman que suelen llegar en ambulancia y son trasladados hasta dentro en camilla. Y mientras se corre la voz y el personal va rellenando papeles aguantando la risa.
Y estos son los denominados raros, que generalmente suelen llegar a partir del jueves junto con los habituales adolescentes borrachos.
miércoles, 20 de agosto de 2008
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